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sábado, 12 de diciembre de 2020

La verdadera virgen del Tepeyac

Tonantzin tlalli Coatlicue. Cihuacoatl, Coatlicue, son algunos de los nombres de Nuestra amada Madre, la tierra, de faldas de serpientes, mujer serpiente, su falda, de estrellas. 

La real:

Fue representada en infinidad de figurillas de barro durante el postclasico, en diferentes posiciones: en "oración", con las manos abiertas, cargando un "niño" una muñeca, como sonaja.


Se representaba como mujer mexicana "azteca" con su cabello con dos mechones, con orejeras, grandes, también con un "cordón" que terminaba al igual que sus representaciones como Coatlicue o Mitlantecihuatl en cascabeles de serpiente.


Antiguos petrograbados del cerro del Tepeyac.

Se puede encontrar desde Teotihuacan hasta la Gran Tenochtitlan, e incluso de forma sincretica en la actualidad.


Virgen de Guadalupe: orígenes profundamente mexicanos y no católicos

Mexicanoa o mexicas, aztecas pues. 

 Sahagun hablo de ella en el siglo XVI diciendo: “[su] devoción es sospechosa porque en todas partes hay muchas Iglesias de Nuestra Señora y no van a ellas, y vienen de lejanas tierras a esta Tonantzin como antiguamente.”


El templo del Tepeyac, ya existía, no lo mando a construir la Virgen de Guadalupe, mas bien, lo mando re-construir:


Fray Bernardino de Sahagún escribió en 1576: “hay tres o cuatro lugares (...), que venían a ellos (...) los indígenas tenían un templo dedicado a la madre de los dioses, Tonantzin, de muy lejanas tierras. Uno de estos es aquí en México, donde está un montecillo que se llama Tepeacac, y los españoles llaman Tepeaquilla”


El sincretismo es innegable, el culto antiguo y su fama ya existía; solo fue sustituida exteriormente, pero afortunadamente, sus símbolos se escondieron a la vista de todos. 

El Sol, las estrellas de 8 rayos, el Ollin, el listón en la cintura de Coatlicue, la montaña o Tepetl,los quincunce. 

Es un triunfo de la religión antigua: 

 "Era grande el concurso de gente en estos días y todos decían 'vamos a la fiesta de Tonantzin'; y ahora que está ahí edificada la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, también la llaman Tonantzin (Nuestra madre), tomando ocasión de los predicadores que también la llaman Tonantzin. ...y vienen ahora a visitar a esta Tonantzin de muy lejos, tan lejos como de antes, la cual devoción también es sospechosa, porque en todas partes hay muchas iglesias de Nuestra Señora, y no van a ellas, y vienen de lejanas tierras a esta Tonantzin como antiguamente.

Fray Bernardino de Sahagún, Historia general de las cosas de la Nueva España, 1540-1585